RECOMENDACIÓN DEL MES.
Hoy leemos:
El monstruo de colores
Una manera de educar hoy es a través de los cuentos. Sí, los cuentos. Ese género narrativo que muchos creen que solo es para niños. Pues aquí un ejemplo magnífico para demostrar lo contrario.
Hoy ha llegado a mis manos un libro estupendo que nos va a ayudar a grandes y pequeños a ponerle nombre a aquello que muchas veces no somos capaces de explicar con palabras. O al menos a saber como empezar a hacerlo.
Hoy leemos:
El monstruo de colores
En más de una ocasión nos cuesta expresar lo que sentimos y en otras nos cuesta controlar
esas emociones. No es fácil conseguir controlarlas. Las emociones son
fundamentales en nuestra vida. No las vemos o no somos conscientes que existen,
pero están ahí y depende de ellas que iluminemos o ensombrezcamos nuestro día a
día y todo aquello que nos rodea.
Una manera de educar hoy es a través de los cuentos. Sí, los cuentos. Ese género narrativo que muchos creen que solo es para niños. Pues aquí un ejemplo magnífico para demostrar lo contrario.
Hoy ha llegado a mis manos un libro estupendo que nos va a ayudar a grandes y pequeños a ponerle nombre a aquello que muchas veces no somos capaces de explicar con palabras. O al menos a saber como empezar a hacerlo.
Su autora Anna Llenas nació en Barcelona y tras comenzar su carrera profesional
en el campo de la publicidad, se ha formado como profesora y arteterapeuta
especializada en arte y educación emocional. Ella es autora e ilustradora al
mismo tiempo en esta maravilla de libro.
Todos nos veremos reflejados en este pequeño monstruo enmarañado de colores
sintiéndose raro sin saber cómo explicar lo que siente. Y todo es tan simple
como ir ordenando los sentimientos por colores. Una forma sencilla y divertida
a través de este personaje de enseñarnos cómo tomar conciencia de nuestras
propias emociones y aprender a controlarlas. Y así poco a poco podremos ir
conociendo de que está hecha nuestra alma.
"Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma".
Mario Benedetti.